El texto parte de una realidad de extrema actualidad, que no es otra que la revolución educativa que se está viviendo no sólo en la escuela, sino en todos los ámbitos de la sociedad. En base a esto, se concluye que la escuela debe transformarse y adaptarse a la nueva realidad, pero no sólo eso, debe integrar el cambio en su propia estructura. En mi opinión el texto pone de manifiesto un problema (el de la necesidad de transformar la escuela española) que no solo es necesario, sino imprescindible en la sociedad actual.
Por otro lado el texto es bastante riguroso y preciso, ya que expone la información de forma ordenada, sintetizada y concreta, por lo que cumple su función de libro blanco. Todas las premisas, objetivos y soluciones que se plantean están debidamente argumentadas y referenciadas, lo cual hace que el texto sea claro y tenga validez.
Estoy especialmente de acuerdo con la propuesta de dar importancia y fortalecer la figura del centro educativo, como agente esencial en el mantenimiento de la calidad educativa. Opino que uno de los elementos clave de la educación es la meta u objetivo que se persiga (moral, social, académico,..). Por ello, es fundamental que exista una relación entre todos los profesores del centro para que se establezcan unas directrices y objetivos comunes, y que, de esta forma, exista una coherencia educativa. Por supuesto que es esencial también integrar en estos objetivos a las familias, orientadores, trabajadores sociales y demás profesionales que formen parte del entorno escolar. Según mi punto de vista, la claridad de metas y compromiso con ellas de los educadores es uno de los factores clave para el éxito del sistema educativo.
Aunque en general coincido bastante con las propuestas e ideas que plantea este libro blanco, hay un punto que, según mi opinión, está incompleto. Se trata del tema que hace referencia a la necesidad de elevar el nivel de selección y formación de los docentes, el cual considero de vital importancia. Si bien se plantea el introducir una formación del profesorado rigurosa y de calidad, la cual se denomina DEP (Docentes en Prácticas), en ningún momento se habla de elevar la calidad de los estudios de grado en educación primaria e infantil. En primer lugar considero que no es ético ni realista que en la prueba de acceso al DEP se fije un numerus clausus cuando las enseñanzas de grado poseen actualmente un número de plazas muy superior al número de vacantes que actualmente existe en el país. Y por otro lado, pienso que para conseguir dar un mayor prestigio y reconocimiento social a la profesión el primer paso sería elevar el nivel científico y técnico de los grados de educación.
Genial esta entrada, una buena reflexión sobre los contenidos del libro blanco
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